sábado, 30 de agosto de 2014

VIÉNDOSE A SI MISMO

-Cuando estés delante de tu compañero, procura mirarte a ti mismo -dijo el maestro japonés Okakura Kakuso.

-Pero, ¿no es esto una actitud egoísta? -cuestionó un discípulo-. Si nos preocupamos por nosotros mismos, jamás veremos lo que los otros tienen de bueno para ofrecer.

-Ojalá siempre consiguiéramos ver las cosas buenas que están a nuestro alrededor -contestó Kakuso-, pero, en verdad, cuando miramos al prójimo, estamos solo buscando defectos. Intentamos descubrir su maldad, porque deseamos que sea peor que nosotros. Nunca lo perdonamos si nos hiere, porque creemos que jamás seríamos perdonados por él.

"Conseguimos herirlo con palabras duras afirmando que decimos la verdad, cuando apenas estamos intentando ocultarla de nosotros mismos. Fingimos que somos importantes para que nadie pueda ver nuestra fragilidad. Por eso, siempre que estés juzgando a tu hermano, ten conciencia de que eres tú quien está en el tribunal."


viernes, 29 de agosto de 2014

EL ROSTRO INVISIBLE

Un emperador dijo al rabino Yeoschoua ben Hanania:

-Me gustaría mucho ver a vuestro Dios.

-Es imposible -respondió el rabino.

-¿Imposible? Entonces, ¿cómo puedo confiar mi vida a Alguien a quien no puedo ver?

-Muéstreme el bolsillo donde tiene guardado el amor por su mujer. Y déjeme pesarlo, para ver si es grande.

-No sea tonto: nadie puede guardar el amor en un bolsillo.

-El Sol es apenas una de las obras que el Señor colocó en el universo y, sin embargo, usted no puede verlo directamente. Tampoco puede ver el amor, pero sabe que es capaz de enamorarse de una mujer y confiarle su vida. ¿No le parece evidente que existen ciertas cosas en las que confiamos sin ver?

miércoles, 27 de agosto de 2014

LA VASIJA CON RAJADURAS

Cuenta la leyenda india que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.
Una de las vasijas era más vieja que la otra, y tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad del agua se perdía.
Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea, aun sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.
Estaba tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo, decidió hablar con él:
-Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso, sólo consigues entregar la mitad de mi carga, y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.
El hombre sonrió y le dijo:
-Cuando regresemos, por favor observa cuidadosamente el camino.
Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba, crecían muchas flores y plantas.
-¿Ves como la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres? –comentó el hombre-. Siempre supe que tú tenías rajaduras, y resolví aprovechar este hecho. Sembré hortalizas, flores y legumbres, y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas. Si tú no fueras como eres, ¿cómo podría haberlo hecho?


"Todos nosotros, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener un buen resultado".

martes, 26 de agosto de 2014

EL ANGEL

Un niño que estaba por nacer le dijo a Dios:
-Dicen que me vas a enviar mañana a la tierra pero ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
-Entre muchos ángeles te escogí uno para ti, que te está esperando, él te cuidará.
-Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz. Y ¿cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma en que hablan los hombres?
-Tu Ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
-Y ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?
-Tu Ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.
-He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?
-Tu Ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
-Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
-Tu Ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante una paz reinaba en el cielo, pero se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía suavemente.
-Dios mío, si ya me voy dime su nombre. ¿Cómo se llama mi ángel?

-Su nombre no importa; tú le dirás MAMÁ...

lunes, 25 de agosto de 2014

EL RELOJ DE CUCO Y LOS DOS PAJAROS

Cuco, era un reloj muy aventajado, ya que siempre estaba en hora y sabía perfectamente cuando tenía que sacar a pasear a su mascota, Cuquito, para indicar la hora exacta.
Así que Cuco era dos cosas, un tipo de reloj antiguo, y el dueño del pequeño cuco del interior del reloj, que era muy fiel y ayudaba a Cuco a dar las horas en punto.
Cuco se encontraba colgado en una pared de color beige en el salón de una pareja de ancianos sin hijos, sólo tenían un gato persa gris oscuro, y un canario amarillo que cantaba como los ángeles.
Después de tantos años viviendo con los ancianos, Cuco conocía muy bien sus costumbres, y les quería mucho, aunque no tanto a su canario Amarillito, que cantaba muy bien, pero interrumpía las horas en punto, y frustraba a Cuquito, que apenas se le oía.
Un día, algo molesto por la inoportunidad de Amarillito, Cuco le dijo varias cosas a su mascota:
- “Hoy a las 12, cuqueas 12 veces bien alto y claro, que Amarillito no te haga sombra”.
A las 12 en punto, salió la mascota de Cuco a dar las horas, gritó bastante y aún así, el canario eclipsaba el sonido del reloj.
Cuco, cansado de esa situación, tuvo una gran idea, le dijo a Cuquito:
- “Yo te quiero mucho, pero creo que necesitas una inyección de autoestima para que se te oiga mucho mejor, y que los ancianos sepan en qué hora viven, porque ahora mismo no te oyen”.
Fue a buscar a Amarillito a su jaula, la abrió y el canario salió revoloteando por toda la casa, hasta que vio a Cuco y se metió dentro. Allí se sentaron los dos pájaros y Cuco les aleccionó:
- “Chicos, quiero que las horas de hoy sean las mejores de vuestras vidas. Amarillito, cuando Cuquito comience con el primer cu-cú, quiero que le acompañes con una de tus preciosas melodías, y así daréis todas las horas del día. ¡Trabajo en equipo, chicos!”.
Así fue, la sintonía que Cuquito y Amarillito tenían era impresionante. Los ancianos se quedaron sorprendidos de tan buen trabajo conjunto, y a pesar de que vieron que Amarillito ya no estaba en su jaula, no les pareció mala idea dejarlo dentro de Cuco a vivir.

Durante muchos años, Cuquito y Amarillito trabajaron juntos cantando las horas en punto del día, fueron muy felices, y comprendieron que al trabajar en equipo, las fuerzas individuales de cada uno se unen con un resultado muy satisfactorio en la vida.

viernes, 1 de agosto de 2014

FÁBULA DEL TONTO

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca 
inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo
 
limosnas.
 

Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centavos y otra
 
de menor tamaño, pero de 1 peso.
 


Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
 

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la
 
moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
 

- Lo sé señor, no soy tan tonto..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.
 

Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
 

La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
 

La segunda : ¿Cuáles son los verdaderos tontos de la historia?
 

La tercera : Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos .
 

La cuarta , y la conclusión más interesante: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo
 
tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino
 
lo que uno piensa de sí mismo.
 


MORALEJA 

'El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente'...