Había una vez una niña llamada Lulú que le tenía miedo a la
oscuridad.
Todas las noches llamaba a su mamá para que la acompañara, y su
mamá se trasnochaba para que ella estuviera tranquila.
Un día le dijo.
- Hijita, por qué me llamas tanto, sabes que tengo sueño y despertarme todas las noches me pone de mal humor.
- Hijita, por qué me llamas tanto, sabes que tengo sueño y despertarme todas las noches me pone de mal humor.
- Lo que pasa es que tengo mucho miedo mamá.
- A qué le temes, le preguntó su madre intrigada.
- A la oscuridad, le dijo Lulú.
- A qué le temes, le preguntó su madre intrigada.
- A la oscuridad, le dijo Lulú.
Pues no debes de temer. Sabes, tu tienes una luz interna muy
poderosa y está justo en el medio de tu corazón. Esa luz es producto de todo el
amor que sientes, por mi, por tu papi y tu hermana. Si piensas en esa luz, ya
nunca más sentirás temor.
Lulú vio mucha luz en su habitación a media noche y se puso
feliz al saber que la luz de su corazón alumbraría su vida para siempre.
Uno como Ser Humano, debería tener presente que somo seres creados por Dios, y como legado Divino fue el tener siempre Luz en nuestro Corazón para sacarla en los momentos de más emotividad, y más urgencia emocional, ya que esta es nuestra señal de Vida Eterna.
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