Hay un mago dentro de cada uno de nosotros, un mago que lo
ve y lo sabe todo. El mago está más allá de los contrarios de luz y oscuridad,
bien y mal, placer y dolor. Todo lo que el mago ve, tiene sus raíces en el
mundo invisible. La naturaleza refleja los estados de ánimo del mago. El cuerpo
y la mente podrán dormir, pero el mago vela permanentemente. El mago posee el
secreto de la inmortalidad.
La magia sólo podrá retornar con el regreso de la inocencia.
La esencia del mago es la transformación.
El mago observa los ires y venires del mundo, pero su alma
habita en el ámbito de la luz. El paisaje cambia, el observador permanece
igual. El cuerpo es sólo el sitio al que los recuerdos llaman hogar.
¿Quién soy yo?. Es la única pregunta que vale la pena
hacerse, y la única que nunca se responde.
Nuestro destino es
representar una infinidad de papeles, pero esos papeles no somos nosotros
mismos. El espíritu no tiene lugar, pero deja tras de sí una huella a la cual
llamamos cuerpo. El mago no se considera a sí mismo un suceso local que sueña
un mundo más grande.
El mago es un mundo que sueña sucesos locales.
Los magos no
creen en la muerte. A la luz de la conciencia todo vive. No hay principios ni
finales. Para el mago, éstas no son mas que fabricaciones de la mente.
Para estar
totalmente vivo, es preciso estar totalmente muerto para el pasado. Las
moléculas se disuelven y desaparecen, pero la consciencia sobrevive a la muerte
de la materia en la cual se aloja.
La
consciencia del mago es un campo omnipresente. Las corrientes de conocimiento
presentes en el campo son eternas y fluyen para siempre.
En los
momentos de revelación están contenidos siglos de conocimiento. Vivimos como
ondas de energía en el vasto océano de la energía.
Cuando
dejamos de lado al Ego, tenemos acceso a la totalidad de la memoria.
Cuando se
limpian las puertas de la percepción, comenzamos a ver el mundo invisible; el
mundo del mago.
Hay un
manantial de vida dentro de cada uno de nosotros, a donde podemos ir en busca
de limpieza y transformación. La purificación consiste en liberarse de las
toxinas de la vida: las emociones tóxicas, las relaciones tóxicas, los
pensamientos tóxicos.
Todos los
cuerpos vivos, físicos y sutiles, son manojos de energía que se pueden percibir
directamente.
El poder es
una espada de doble filo. El poder del ego busca controlar y dominar. El poder
del mago es el poder del amor. El asiento del poder está en el yo interior. El
ego nos persigue como una sombra oscura. Su poder intoxica y crea adicción,
pero en últimas destruye.
El choque
eterno de poder termina en la unidad.
El mago vive
en estado de conocimiento. Este conocimiento dirige su propia satisfacción. El
campo de la consciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones. El
conocimiento y la intención son fuerzas.