Cada ser humano tiene el poder de la palabra. Por este motivo es muy importante utilizar nuestra forma de desenvolvernos con el otro con propiedad. La supremacía de la comunicación sale desde las profundidades de nuestro espíritu y puede generar montañas rusas de emociones, transmitir, transgredir y traspasar almas para conmoverlas.
Todas
las palabras esconden secretos. Las personas son como baúles que esconden miles
de monedas de oro espirituales. Es nuestro deber como seres humanos usar las
palabras más simples en momentos complejos para poder ayudar al otro. No olvidemos
que una expresión puede decirlo todo y conducirte directamente al éxito.
Usemos
el secreto oculto que tienen las palabras para aconsejar, curar, contener y llenar
de positividad a todos aquellos que quieran escucharnos porque nos necesitan. El
habla es como una llave que destraba candados de emociones.
El
origen de la humanidad es un secreto. Nuestra misión en esta vida también lo
es. La palabra esconde un gran misterio y eso oculto, sigiloso, ignoto y
escondido que tiene nuestra forma de comunicarnos se llama AMOR.
Las
palabras producen sensaciones, emociones y cosas maravillosas. Nunca dejemos de
hablar y de pensar que todo lo malo puede convertirse en bueno. Si hablamos
alguien va a escucharnos y esa persona puede cambiar su vida si una palabra es
la clave que necesita para continuar y ser feliz. Recordemos cada día que si
hablamos desde el amor podemos ayudar a toda la humanidad.
Mariana Manzi •
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