viernes, 2 de febrero de 2018

Eco (serenidad)

Cuentan que una vez un niño fue llevado por su padre al Gran Cañón, en Arizona.  Estando dentro en lo profundo del lugar el niño gritó: “Tonto!”, y el eco resonó: “tonto… tonto… tonto”.
El niño volvió a gritar: “Necio!”, y el eco resonó: “necio… necio… necio…”; ya enojado y exaltado el niño gritó: “Estúpido!”, y nuevamente el eco resonó: “estúpido… estúpido… estúpido”.
El niño se soltó a llorar en su enojo y se abrazó a su padre.  Éste le dijo: “No tienes por qué llorar.  Escucha…”, y el padre grito: “Amigo!”, y el eco resonó: “amigo… amigo… amigo”.  Luego gritó: “Te quiero!”, y el eco resonó: “te quiero… te quiero… te quiero”.  ¿Ves?  Él te trata como tú lo tratas.


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