Debemos empezar por valorarnos nosotros mismos, ante todo. Y ser nosotros mismos, con nuestras esencias, con nuestros defectos, con nuestras virtudes. Demostrar lo que verdaderamente somos y queremos ser. Eso es darse a conocer, abrirse por completo. De esta manera, estaríamos demostrándole a quienes nos conozcan, nuestra verdadera persona. Y conocerían lo transparente que resulta ser nuestra piel... En conclusión, luego nos valorarían por TODO eso que somos y que le aportamos al mundo. Comienza valorandote para disfrutar tu vida plenamente...
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y
flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la
Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste,
querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado.
En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que
pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia.
Simplemente mirate a vos mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes
marchitarte en tu propia condena...
Jorge Bucay
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