El lenguaje de los signos. El guerrero de la luz continúa trayendo al presente retazos de conversaciones que tuvo con su maestro años atrás, entre 1982 y 1986.
Y qué es el lenguaje de los signos? – le pregunté un día a
mediados de los años ochenta a mi venerado maestro.
- - Todo hombre tiene una manera personal de
comunicarse con Dios y con su propia alma – respondió él.
- - Entonces, ¿el hombre no necesita religión?
- - Las religiones son muy importantes, porque nos
permiten adorar en forma colectiva y compartir los mismos misterios. Pero la
búsqueda espiritual es la responsabilidad de cada uno: si te apartas de tu
camino no servirá de nada estar culpando al cura, al imán, al rabino o al
pastor; la responsabilidad es tuya. Por eso existe un alfabeto que tu alma
entiende, y que va mostrando las mejores decisiones en tu camino.
- - ¿Cómo aprender este lenguaje?
- - Primero, con disciplina, para aprender a notar
la señal. Después, con valor para practicar la lengua.
Tercero, sin tener miedo
de equivocarse mientras se practica.
- - Lo que hace que muchas veces se siga la señal
equivocada.
- - Claro. Sólo así aprendemos las señales
correctas.
- - No. El lenguaje es individual, como dije antes.
Si empezamos a generalizar las señales, se transforman en superstición.
- - Muchos maestros ya cometieron el error de usar
sus señales para guiar a sus discípulos. Lo que sucede es que cuando las
personas comienzan su búsqueda espiritual, entran en un mar desconocido y se
sienten inseguras. Entonces procuran asirse a la primera mano que les es
tendida y pueden volverse esclavas de esa mano.
- - ¿Cómo puedo tener la seguridad de que estoy ante
una señal verdadera?
- - Nunca puedes. Pero, en general, si empiezas a
contemplar este mundo más allá de las convenciones, verás que tu intuición
empieza a conducirte hacia la mejor elección, por más absurda que parezca. Poco
a poco, este lenguaje se incorpora a ti y aunque continúes fallando de vez en
cuando, ya estás en paz con tu alma y tomas las decisiones correctas. Muchas
veces la señal es más práctica de lo que imaginamos y, a propósito de eso, voy
a contarte una historia…
“Un hombre soñó cierta vez con un ángel, que le decía:
´Mañana empezará a llover y tu aldea será inundada, pero te salvarás`.
Efectivamente, al día siguiente empezó a llover. Un equipo de socorro visitó
casa por casa, evacuando a los habitantes. Todos salieron menos el hombre:
‘Soñé con un ángel y me dijo que me salvaría’, le dijo al miembro de Defensa
Civil.”
“Un día después, el agua ya cubría la primera planta de las
casas. Otro equipo de socorro fue para intentar rescatar al hombre, que
nuevamente se rehusó a salir, alegando que debía mostrarle su fe al mundo”.
“Al tercer día, la situación ya era crítica, y el hombre
estaba solo, encaramado al tejado de la casa, mientras el agua subía sin parar.
En un esfuerzo desesperado, un equipo de rescate intentó una vez más retirarlo
de allí, pero nuevamente él se negó, llamándolos demonios.”
“Poco después, el agua cubrió el tejado y el hombre murió
ahogado. Como era muy buen cristiano, fue al Cielo y encontró a San Pedro, que
lo invitó a entrar. El hombre rehusó, diciendo que Dios lo había engañado; le
había enviado un ángel diciendo que se salvaría cuando en verdad había
resultado el único muerto de la aldea.”
“San Pedro le dijo que Dios no mentía nunca y prometió
volver con explicaciones. Entró en el Paraíso y retornó media hora después,
diciendo: ‘Realmente Dios mandó un ángel para avisarle que sería salvado. ¡Pero
me dice que usted rehusó, por tres veces, el socorro que Él le envió bajo la
forma de equipos de rescate!’.”
Paulo Coelho
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