lunes, 14 de mayo de 2012

EL PORTERO DEL HOTEL

 Aquí va nuestro primer relato. Es una historia para reflexionar lo positivo que hay en  todo cambio...



 No habia en el pueblo peor oficio que el de portero del hotel. Pero que otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca habia aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio. Un dia se hizo cargo del hotel un joven con inquietudes, creativo y emprendedor.
El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después cito al personal para darle nuevas instrucciones.Al portero, le dijo: "A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entren por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio..."
 El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero..
 -"Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceo - pero yo...yo no se leer ni
escribir..."
 -"¡Ah! ?Cuanto lo siento!"
 - "Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabaje en esto toda mi
vida..."
 No lo dejo terminar:
 - "Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar
una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo
siento. Que tenga suerte..."
 Y sin mas, se dio vuelta y se fue. El hombre sintió que el mundo se
derrumbaba.
 Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación.
 ¿Qué hacer? Recordó que en el hotel cuando se rompía una silla o se
arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo
sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser un ocupación transitoria
hasta  conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos clavos
oxidados y unas  pinzas muy viejas, entonces decidió usar parte del dinero
para comprar  una caja de herramientas. Como en el pueblo no había una
ferretería, debía  viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a
realizar la compra. ¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha. A su regreso,
trama una  hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino
llamó a la  puerta de su casa:
 - "Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme..."
 - "Mire, si, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar...como me
quedé sin empleo..."
 - "Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano."
 El portero accedió y le prestó el martillo. A la mañana siguiente,
 como había prometido, el vecino tocó la puerta:
 - "Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?"
 - ''No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería esta a
 dos  días en mula."
 - "Hagamos un trato - dijo el vecino - Yo le pagare los dos días de ida  y
los dos de vuelta, más el precio del martillo,total usted esta sin trabajar.
 ¿Qué le parece?"
  Realmente, esto le daba trabajo por cuatro dias...Aceptó.
  Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta
de su casa:
 - "Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?"
 - "Si, así es..."
 - "Mire, yo necesito unas herramientas, y estoy dispuesto a pagarle  sus
cuatros días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de  tiempo
para el viaje."
 El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza,
un destornillador, un martillo y un cincel. Le pago y se fue.
 El ex-portero pensó entonces que mucha gente podría necesitar que el
viajara a traer herramientas de las que había vendido. De paso, podría
ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y
muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de
herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Alquiló un carretón para almacenar las herramientas y algunas semanas
después alquiló un cuarto que se convirtió en la primera ferretería del
pueblo.
 Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los
fabricantes le enviaban sus pedidos. El era un buen cliente. Con el
tiempo,las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar
dos días de marcha.
 Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para el  las
cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? Las tenazas...y las
pinzas...y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.
 Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel  hombre
se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de
herramientas.
 Un dia decidió donar a su pueblo una escuela. Ahí se enseñaría, además de
leer y escribir, las artes y oficios mas prácticos de la época. En el  acto
de inauguración de la escuela, el alcalde le entrego las llaves de la
ciudad, lo abrazó y le dijo:
 -"Es un gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de
poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva  escuela"
"El honor sería para mi - dijo el hombre - Creo que nada me gustaría  mas
que firmar allí, pero yo no se leer ni escribir. Yo soy analfabeto."
 "¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo ¿Usted construyó un
imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto,
 ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?"
 - "Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma. Si yo hubiera
sabido leer y escribir...sería portero del hotel!"


 MORALEJA
 Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Pero las adversidades encierran bendiciones.
 Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar siempre  será la opción más segura...


Para todos aquellos que se asustan y sufren por los cambios, vean que siempre traerán cosas mejores. Sólo hace falta arriesgarnos un poco y seguir adelante. 
Por eso, más vale arrepentirnos de algo que hagamos que de algo que nunca hicimos.

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