Una vez, un niño se hizo un barquito de madera y salió
aprobarlo en el lago. Sin darse cuenta el botecito impulsado por un es ligero
viento fue más allá de su alcance.
Apenado, corrió a pedir ayuda a un muchacho mayor que se
hallaba cerca, para que lo ayudara en su apuro. Sin decir nada el muchacho
empezó a juntar piedras y a arrojarlas… al parecer en contra del barquito.
El pequeño pensó que nunca tendría su barco otra vez y que
el muchacho se estaba burlando de él. Sin embargo luego se dio cuenta de que en
vez de tocar al barco, cada piedra y un poco más allá de éste y originaba una
pequeña hola que hace retroceder el barquito hasta la orilla.
Cada piedra estaba calculada, y por último el juguete fue
traído al alcance del niño pequeño, que quedó contento y agradecido con la
posesión de su pequeño tesoro.
Cuantas veces nos suceden cosas que nos producen bajón!!!...
parece que nos hundimos, que desaparecemos, nos quedamos sin fuerzas perdemos
la confianza. Cada obstáculo es como una piedra arrojada sobre las aguas que
nos acerca a la meta. Está en el emprendedor en mantenerse firme, tener una
actitud positiva, perseverar… y demostrar y demostrarnos a nosotros mismos la
Pasión y la Fe que tenemos en lo que hacemos. Si perseveramos nos iremos acercando
a los objetivos.
La consigna es no perder la fuerza, insistir, persistir y
resistir… recordá siempre que aún falta lo mejor!!!
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