Un hombre vendía naranjas en mitad de la calle. Era
analfabeto, de modo que nunca leía los periódicos. Se limitaba a colocar
algunos carteles por el camino, y se pasaba el resto del día pregonando el
delicioso sabor de su mercancía.
Todos compraban, y con el tiempo el hombre prospero. Con el
dinero que ganaba, colocaba mas carteles y así vendía mas fruta. El negocio prosperaba
rápidamente cuando su hijo, que era culto y había estudiado en una gran ciudad,
lo buscó para hablas con él:
_Pero papá, ¿no sabes que Argentina está pasando momentos
difíciles? ¡La economía del país está fatal!
Preocupado, el hombre redujo el número de carteles, y se
puso a vender mercancía de calidad inferior, porque era mas barata. Las ventas
cayeron en picada.
“Tenía razón mi hijo”, pensó. “Los tiempos están muy
difíciles”.
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